La evolución se produce por un cambio gradual en la constitución genética de las especies, en este caso, la humana.
Todos hemos oído que el ser humano procede del mono. Esto no es totalmente cierto: no es que vengamos del mono, es que tenemos antepasados comunes. Nuestra cadena evolutiva es la misma hasta cierto punto, pero después se separan.
Comencemos por el principio (paleolítico):
La evolución es un tema sometido a debate, pero la gran mayoría de los paleontólogos aceptan la secuencia de austrapolithecus → homo habilis → homo erectus → homo sapiens → homo sapiens sapiens.
Hay otros homínidos, como el homo ergaster, el picanthropus pekinensis, el homo florensis...
El origen lo encontramos en África, hace unos cuatro millones de años, con una especie de simio que se distinguía en algo del resto: era bípedo, aunque su postura no era totalmente erguida. Hablo del austrapopithecus, del que distinguimos cuatro especies importantes: africanus, afarensis, boisei y robustus. El espécimen más completo que se ha encontrado fue el de una hembra afarensis a la que llamaron Lucy (recibe ese nombre porque, cuando Donald Johanson y Maurice Taieb la descubrieron, sonaba una canción de The Beatles cuyo título contenía ese nombre). Los australopithecus tenían una capacidad craneal de unos 450 cm³, medía 1'20 m y pesaba en torno a 30 kg.
Restos del fósil de Lucy, la australopithecus afarensis. |
El australopithecus evolucionó al Homo habilis. Esta especie contaba con mayor capacidad craneal (unos 700 cm³) y mayor estatura y peso (1'40 m y 40 kg). Ellos seguían siendo bípedos, y tenían una postura erguida. Comenzaron a utilizar herramientas de piedra y también cazaban. En 1960 se encontró por primera vez un cráneo de homo habilis, con una antigüedad de unos dos millones de años.
Cráneo de homo habilis |
El homo erectus apareció hace un millón y medio de años, aproximadamente. Su capacidad craneal, más o menos 1000 cm³, superaba con mucho a las anteriores especies. Medía 1'70 m y pesaba 56 kg. Ya conocía el fuego.
Cráneo de homo erectus |
El homo sapiens (también llamado hombre de cromañón, debido a que los primeros restos se encontraron en una cueva de Francia, que recibe localmente el nombre de Cro-magnon). Apareció en Europa hace unos 40000 años. Con una capacidad craneal cercana a los 1500 cm³, talla de 1'65 m y peso de 65 kg, son nuestros ascendientes directos. Conocían la cerámica y la agricultura, dando paso al neolítico, y realizaron pinturas rupestres.
Durante la evolución no convivía un solo homo en cada momento, sino que convivía con otras especies de homos. Es el caso del homo neardenthalensis y el homo sapiens. Los neardenthales tenían unas características similares a las de nuestros antepasados, pero era más robustos que ellos. Finalmente, los neardenthales desaparecieron, aún no se sabe bien por qué.
Diferencias entre un esqueleto de neardental (izquierda) y otro de un cromañón (derecha). |
Uno de los yacimientos arqueológicos más importantes está en Atapuerca, en Burgos. En ella hay varias cuevas, como la Sima del Elefante (donde se han encontrado restos de más de un millón y cuarto de años), o la Sima de los Huesos, en la que se encuentra el mayor hallazgo de fósiles humanos del mundo.
En otra de ellas, la Gran Dolina, se han encontrado los restos europeos más antiguos, bautizados como homo antecessor. Era de estatura media y poseía una capacidad craneal de 1000 cm³. En esos restos se observan marcas de las dentaduras de otros seres humanos, de lo que se deduce que aquella especie era caníbal: se trata de los primeros indicios de canibalismo de la historia. Recientes investigaciones dejan ver que el homo antecessor tiene parentesco con el homo heardenthalensis, pero no con los homo sapiens.
Cráneo y reconstrucción facial del homo antecessor. |